Cuando Emiliano Brancciari dice en "Tan lejos", una de las mejores canciones de la banda uruguaya No te va gustar, "adentro llueve y parece que nunca va a parar / y va a parar", bien pudo estar pensando en los fan谩ticos de los Lions, quienes parec铆an estar condenados no solo a lidiar con la depresi贸n industrial de una ciudad que experiment贸 como ninguna otra las bondades y las crueldades del capitalismo, tambi茅n con el hecho de cargar eternamente con un equipo de tradici贸n perdedora.
Del 2001 al 2021, previo a la llegada del volc谩nico Dan Campbell, Detroit apenas tuvo cuatro temporadas ganadoras en dos d茅cadas, con tres apariciones en playoffs e igual n煤mero de derrotas en la ronda de Wild Card, bajo las 贸rdenes de Jim Schwartz y Jim Caldwell. Hoy, despu茅s de haberse plantado en una final de conferencia con amplias posibilidades de derrotar a los favoritos San Francisco 49ers, los Lions han dejado de ser un equipo exclusivamente divertido 鈥攃omo el a帽o pasado鈥 para confirmarse como una fuerza dominante en la Conferencia Nacional. El triunfo ante los Titans del pasado domingo ya no es de un proyecto emergente, es de un candidato que ha alcanzado la madurez.
Todo esto se ha gestado a partir de la energ铆a y agresividad de Campbell, el acierto rotundo en la conformaci贸n de su staff 鈥擝en Johnson ser谩 la pieza m谩s codiciada del carrusel de entrenadores del a帽o pr贸ximo鈥 y una filosof铆a belichickiana de "futbol americano complementario", que refiere a la idea de que las tres unidades del equipo (ofensiva, defensiva y equipos especiales) operen en sinton铆a y sean conscientes de que cada una de sus acciones desencadena 谩reas de oportunidad para el resto y repercuten dram谩ticamente en el guion de partido.
"Fue una gran victoria de equipo. Una vez m谩s demostramos saber c贸mo complementarnos. Cuando las tres unidades funcionan, estamos en el mejor camino posible", dijo Campbell tras el partido ante los Titans.
Lo cierto es que el romance entre Campbell y Detroit, una ciudad que se declar贸 oficialmente en bancarrota por ah铆 de 2013 despu茅s de la enso帽aci贸n que la catapult贸 como el para铆so de la industria automovil铆stica durante el siglo XX, se vio seriamente amenazado por un incidente bochornoso derivado de la descorazonadora derrota ante los 49ers el a帽o pasado. Resulta que Campbell tuvo que poner en venta la casa en la que viv铆a junto a su esposa, Holly, en un suburbio del norte de Detroit 鈥攃onstruida originalmente por la leyenda de los Red Wings de hockey, Igor Larionov鈥, tras recibir amenazas y bromas subidas de tono por parte de algunos fan谩ticos de la franquicia.
Cuando lo cuestionaron al respecto, Campbell dijo que, pese al incidente, no se le ocurr铆a ning煤n otro lugar mejor para vivir, ning煤n otro equipo mejor al que dirigir y ninguna otra afici贸n mejor a la que representar, mostrando una gran categor铆a en su respuesta. Esto sin dejar de ser consciente que ser entrenador de los Lions en una ciudad como Detroit requiere de unos atributos distintos a ser entrenador de cualquier otro equipo en cualquier otra ciudad.
En la era de los genios precoces y el sobrean谩lisis, sigue siendo importante que un entrenador tenga la sensibilidad para empatizar con el entorno social de su franquicia. Un head coach, por vanguardista que sea su playbook, no puede abstraerse de su contexto en v铆as de montar una verdadera revoluci贸n. El equipo de una ciudad blue collar 鈥攑ara muestra la pel铆cula de Paul Schrader鈥 no se entrena igual que el equipo de una ciudad cosmopolita y progresista.
En ese sentido, la mejor noticia para los Detroit Lions no fue haber abandonado la penumbra y la fatalidad, sino haber encontrado un l铆der que potenciara el rendimiento de sus jugadores, los dotara de una personalidad competitiva y se vinculara genuinamente con el tipo de lugar al que representa: una ciudad de clase trabajadora con el orgullo herido.